Fiestas y Tradiciones

EL TOBOSO / 2 JUN ■
InfoParroquia.- (TEXTO DEL PROGRAMA
DE FIESTAS PASCUA DE MAYO 2014) Los días de Pascua de Resurrección de este año
que ya estamos concluyendo han estado marcados por la canonización de dos Papas
en el domingo de la Divina Misericordia, Juan XXIII y Juan Pablo II.

Canonizar a un fiel cristiano
es mucho más que hacerle un homenaje o reconocer públicamente una determinada
trayectoria vital o profesional. De ser así no habría ninguna diferencia con
otro tipo de homenajes civiles, ciertamente legítimos, pero que se quedan en un
mero recuerdo del pasado, quizás salpicado de cierta añoranza del mismo.

La Iglesia al presentar a unos
cristianos con el título de santos recuerda, entre otras cosas, que éstos, al
igual que el resto de los fieles a Cristo, siguen vivos. Y no sólo eso; siguen
operantes, intercediendo por nosotros ante el Padre, acompañándonos y
ayudándonos en ese camino hacia Dios que ellos ya conocen porque lo recorrieron
antes que nosotros. Son el recuerdo permanente de que Cristo no sólo está vivo
sino que sigue activo en esa lucha por seguir implantado su Reino en nuestro
mundo. No son, por tanto, una pieza de museo que hay que admirar sino una pieza
del engranaje del que nosotros también formamos parte, que busca que el amor de
Dios no se quede atascado en esa maquinaria que es el mundo sino que llegue a
todos porque está presente en cada uno de sus seguidores.

La imagen del Santo Cristo de
la Humildad es también un medio por el cual Jesucristo nos recuerda que Él
sigue vivo y que espera eso mismo de cada uno de nosotros: que luchemos por
mantener viva esa alma que salió limpia de las aguas bautismales. Y cuando uno
siente esa vida divina dentro de sí no tiene por menos que mirar a los que
quiere y marcarse como prioridad primerísima que esa misma vida de Dios llegue
también a ellos.  El mejor regalo que podemos hacer a los que
queremos, la mejor prueba de amor sincero es facilitarles el camino para que
encuentren a Cristo, ese Cristo que la imagen representa.