Misionero y toboseño P. José Vicente Martínez, «bodas de oro sacerdotales» (2)

Misionero y toboseño P. José Vicente Martínez, "bodas de oro sacerdotales" (2)

Segunda parte de la entrevista a este misionero claretiano, hijo del Corazón de María y natural de El Toboso, con motivo de la celebración de sus bodas de oro sacerdotales.

EL TOBOSO / 06 MAY ■ InfoParroquia.- El próximo domingo 12 de mayo, IV Domingo de Pascua, la Iglesia celebrará la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones bajo el lema para este 2019 “di si al sueño de Dios”.  Para decir sí hay que escuchar la llamada, por eso, el Papa Francisco, en su mensaje para esta Jornada, se dirige especialmente a los jóvenes para “deciros: no seáis sordos a la llamada del Señor. Si él os llama por este camino no recojáis los remos en la barca y confiad en él. No os dejéis contagiar por el miedo, que nos paraliza ante las altas cumbres que el Señor nos propone. Recordad siempre que, a los que dejan las redes y la barca para seguir al Señor, él les promete la alegría de una vida nueva, que llena el corazón y anima el camino”.

Con motivo de esta jornada de oración por las vocaciones, InfoParroquia EL TOBOSO acerca a sus lectores la entrevista que hace un tiempo realizó al misionero y toboseño P. José Vicente Martínez-Santos Gallego con motivo de la celebración de sus bodas de oro, 50 años de ordenación como sacerdote en la Congregación de Misioneros – Hijos del Inmaculado Corazón de María (Claretianos). Esperamos disfruten del testimonio de este religioso, amigo y paisano.

InfoParroquia (IP).- ¿Ha habido dudas, frustraciones, momentos de debilidad en estos 50 años como sacerdote y religioso?, ¿Cómo fueron y cómo lo superó?, ¿es importante el acompañamiento espiritual y por qué en estos momentos de la vida sacerdotal?

Padre José Vicente (PJV).- A parte de las carencias propias de tan temprana orfandad materna, las dos mayores crisis vocacionales ocurrieron en la época de Salamanca-Zamora. La primera, a raíz de la muerte de mi padre (11 de marzo de 1964, yo tenía 23 años), hecho que provocó una profunda desorientación por falta de sentimiento doloroso ante ese acontecimiento, motivado por la escasa comunicación con él por haberme separado de su lado a tan corta edad (doce años) y el modo llevar entonces la separación familiar.

La segunda, los meses previos a la ordenación del Diaconado, por el sentimiento de duda e inseguridad frente a atractivos de la vida laical frente a la sublimidad del sacerdocio y la misión conforme a las exigencias del carisma Claretiano. En ambas crisis tuve la excelente ayuda de mi director espiritual y rector del teologado.

Y ya, ni antes ni después de la ordenación sacerdotal he pasado por grandes dudas vocacionales. Ello no quiere decir que no haya habido otras de diferente índole, como suele ser normal en la vida sacerdotal y misionera en medio de otros países y otras culturas.

IP.- Díganos, el momento más hermoso de su trayectoria religiosa y ministerial, aquello que quiere comunicar con más fuerza, la experiencia que más le ha impactado en estos años y le ha ayudado a seguir “convirtiéndose” a la vocación que Dios le ha dado. Encuentro con personas a lo largo de su vida.

PJV.- En verdad los más entregados y felices de los cincuenta que se cumplieron el pasado veintinueve de junio, fueron los cuatro vividos en la zona selvática de Honduras. Allí entre los campesinos más pobres que se puedan imaginar en un abandono casi total de las autoridades civiles, que sólo se acercaban para engatusarlos y comprar sus votos cada cuatro años, pero no sus productos a precio justo. También la Iglesia por falta de misioneros llegaba a ellos con dificultad y muy de tarde en tarde.

Pero, como insinué antes, aquellos años eran de un despertar de la conciencia laical y con los Delegados de la Palabra podía llevárseles el Evangelio con mayor entusiasmo a   los lugares más recónditos donde, por siglos, se había mantenido la fe católica sólo mediante los “rezadores” de rosarios en los novenarios de difuntos y en algunas aldeas más pobladas a donde podía llegar el sacerdote para el día del patrón.

Había que promover todo, tanto los aspectos religiosos, como sociales y económicos, enseñando a leer y escribir mediante escuelas radiofónicas, creando cooperativas de ahorro y crédito, clubes de amas de casa, asociaciones reivindicativas que pidieran justicia, etc.

Ciertamente que luego, en otros destinos misioneros, también ha habido momentos muy gratificantes, por ejemplo, en Guantánamo escuchando a las personas afligidas por la sutil persecución religiosa, y en la formación de líderes recorriendo clandestinamente las parroquias. Así de diversas formas en cada contexto sociopolítico íbamos recreando la Iglesia con estilo verdaderamente misionero como quería el Concilio Vaticano II y hoy lo requiere el Papa Francisco.

IP.- Un hombre de Iglesia. Hemos celebrado Sínodo de los Jóvenes, ¿qué espera Vd., de esta Iglesia que está atenta a los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional?, ¿cómo son los jóvenes con los que Vd., trabaja?, ¿cómo los acompaña y escucha?

PJV.- Aunque desde los años en Guantánamo, otros hermanos misioneros claretianos se han dedicado más directamente a ellos, mis dos primeros en Valladolid y los trece en Honduras, sí pude organizar y orientar grupos juveniles.

Siempre intenté junto con su formación en jornadas de fin de semana (cursillos de cristiandad adaptados a ellos) y noches de vigilia (éstas, no sólo de oración, sino también de estudio y diversión) aprovechando sábados y vísperas de fiestas, entusiasmar su vivencia cristiana, utilizando los pocos medios de los que entonces podíamos disponer. Procuraba, junto con la escucha frecuente y paciente, brindarles oportunidades e ideas para que de ellos mismos surgieran iniciativas y actividades diversas, con el fin de que por sí mismos llegaran a la experiencia de Dios cuando fueran mayores y no encontraran el apoyo necesario. De ahí que este sínodo, tan reciente todavía, espero que atraiga para toda nuestra juventud la fuerza del Espíritu que pueda transformar con ellos toda la sociedad, tan a-religiosa, pasota y relativista, pero al mismo tiempo con grupos de laicos y consagrados jóvenes, extraordinariamente preparados, entregados y comprometidos de manera diferente a la nuestra desde las nuevas tecnologías.

Como he podido leer y escuchar, en este sínodo se les ha permitido, no sólo preparar directamente el documento de participación (Instumentum laboris), sino hablar y expresarse con su peculiar estilo constituyéndolos en sujetos y protagonistas de la magna asamblea (Documento Final y Exhortación del Papa a los Jóvenes).

Ahora les toca a ellos mantener la llama encendida en el sínodo y a nosotros acompañarlos con habilidad y ternura en su quehacer juvenil y vocacional hacia cualquiera de los tres estados y hacia las diversas profesiones con que lleven a cabo su vida y misión en sus respectivas sociedades y culturas.

IP.- Promoción vocacional. ¿Qué diría y cómo animaría a un joven, ojalá fuera de El Toboso, a plantearse su vida “como vocación”?

PJV.- Pues… 1º: Que intente adquirir valores muy superiores a los que habitualmente le ofrece la sociedad “líquida” en que vivimos. 

2º: Que no tenga miedo en tomar decisiones arriesgadas ante lo aparentemente desconocido ni a lanzarse con valentía y fe hacia metas que brinquen por encima de las apariencias: vida consagrada, sacerdotal o matrimonial vividas con la mayor plenitud posible en fe y consciencia cristiana.

3º: Que desarrolle un gran espíritu o capacidad crítica y analítica, que no se fíe de las oportunidades demasiado fáciles que constantemente se le brindan desde fuera de sí por todos los medios y redes sociales.

IP.- La última. ¿Regresaría a España?, ¿y a El Toboso?

PJV.- Ya desde mi juvenil ilusión misionera, pensaba salir a otros países, especialmente de hispanoamérica, para siempre. Luego a lo largo de mi vida sacerdotal y dadas las pocas experiencias pastorales que he podido realizar en España, sea en Segovia o especialmente en Vallecas, y alguna vez en nuestro pueblo, me he reafirmado en la misma decisión.

Desde hace años “quemé las naves” … Aquí dejaré entregada mi vida… sea ya por mi edad o por mi estado de salud (aunque de momento sea bueno), lo más probable es que termine en Puerto Rico, donde actualmente vivo y desde donde respondo estas preguntas. Muchas gracias.

Vea la primera parte de la entrevista aquí

Fotos:

https://www.facebook.com/josevicentem2

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